En los últimos tiempos se habla mucho de la economía de Portugal. La recuperación económica experimentada por el país los últimos años ha llevado a muchos a calificar esta situación como 'el milagro portugués' y los portugueses han conseguido un gran protagonismo en Europa. 'Somos los nórdicos del siglo XXI', decía su presidente Marcelo Rebelo de Sousa en una entrevista al diario El País.
Portugal, como otras muchas veces en su historia, como ocurrió con las guerras, las revoluciones, la secesión de Brasil, la pérdida de las colonias, la dictadura de Salazar, la guerra de Angola o la revolución de los Claveles ha sabido recuperarse e incluso se ha convertido en un país de moda, donde una coalición de partidos de izquierdas (socialistas, comunistas y bloque de izquierdas), por la que nadie apostaba, ha conseguido dar estabilidad social y económica al país en los últimos tres años.
A principios del siglo XIX, las tropas de Napoleón invadieron Portugal y la corte se trasladó a Brasil, volviendo 13 años después a un país diferente, debilitado por años de guerra. La República se impuso en 1919 y después de una época turbulenta y de la participación portuguesa en la Primera Guerra Mundial, llegó la dictadura de António de Oliveira Salazar. El de 25 abril de 1974, la Revolución de los Claveles trajo la democracia y se procedió rápidamente a la descolonización de África. Portugal volvió a abrir sus puertas a Europa y en 1986 entró en la Comunidad Económica Europea (1).
La inestabilidad política del país retrasó mucho su progreso económico y social. Portugal siempre tuvo una renta por debajo de la media europea, una lenta y escasa industrialización, un control exterior (británico) de sus exportaciones, una agricultura arcaica, un gran indice de analfabetismo y una fuga de su población. Además le perjudicó siempre su situación geográfica en en una esquina del Sur de Europa.
A principios del siglo XIX, las tropas de Napoleón invadieron Portugal y la corte se trasladó a Brasil, volviendo 13 años después a un país diferente, debilitado por años de guerra. La República se impuso en 1919 y después de una época turbulenta y de la participación portuguesa en la Primera Guerra Mundial, llegó la dictadura de António de Oliveira Salazar. El de 25 abril de 1974, la Revolución de los Claveles trajo la democracia y se procedió rápidamente a la descolonización de África. Portugal volvió a abrir sus puertas a Europa y en 1986 entró en la Comunidad Económica Europea (1).
La inestabilidad política del país retrasó mucho su progreso económico y social. Portugal siempre tuvo una renta por debajo de la media europea, una lenta y escasa industrialización, un control exterior (británico) de sus exportaciones, una agricultura arcaica, un gran indice de analfabetismo y una fuga de su población. Además le perjudicó siempre su situación geográfica en en una esquina del Sur de Europa.
A partir de los año 90 el país inicia una política de convergencia con Europa que dio lugar a su entrada en 1999 en la zona Euro. Pero, la crisis de 2008 afectó de manera muy aguda al país y en 2011 Portugal fue uno de los tres países de la Unión Europea rescatados para evitar la bancarrota junto con Grecia e Irlanda, una situación que provocó una grave situación en el país y la huida de su población. De 2007 a 2017 se habla de la 'década perdida para Portugal'.
¿Qué ha pasado entonces en este país del sur de Europa para que se ponga ahora de ejemplo y para que esté de moda?
La economía portuguesa creció 2,7% en 2017, llegando a 179.200 millones EUR, logrando su mayor crecimiento desde el año 2000, según la Oficina Nacional de Estadísticas de Portugal, debido al aumento de la demanda interna, de la que tuvo mucho que ver el impulso del turismo, y las exportaciones que se duplicaron (42% PIB).
También, la tasa de desempleo pasó del 17,3% registrado en 2013 a un 6,7%. Este crecimiento, y unas duras medidas de austeridad e impositivas impuestas por el gobierno, le ha permitido reducir su déficit y cumplir con Europa.
En el último informe, de 2018, Portugal obtiene 70,2 puntos en el Índice de Competitividad, publicado por el Foro económico Mundial. Ha mejorado su puntuación respecto al informe del año anterior en el que obtuvo 65,29 puntos. Está bien situado y ha mejorado e su situación, ya que en 2017 estaba en el puesto 42.
En el último informe, de 2018, Portugal obtiene 70,2 puntos en el Índice de Competitividad, publicado por el Foro económico Mundial. Ha mejorado su puntuación respecto al informe del año anterior en el que obtuvo 65,29 puntos. Está bien situado y ha mejorado e su situación, ya que en 2017 estaba en el puesto 42.
Estos son ejemplos de los indicadores buenos, pero hay otros que crean dudas sobre el crecimiento en su futuro:
Portugal se encuentra en el 34º puesto del "Doing Business" de los 190 que conforman este ranking, que clasifica los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios. En el último año Portugal ha caído 5 puestos en este ranking, lo que índica que se ha hecho màs difícil hacer negocios en el país.
En 2017 Portugal registró un déficit en su Balanza comercial de 14.448 millones de euros, un 7,42% de su PIB, superior al registrado en 2016, que fue de 11.385,2 millones de euros, el 6,11% del PIB. La variación de la Balanza comercial se ha debido a un incremento de las importaciones superior al de las exportaciones de Portugal. Se ha movido del puesto 89 que ocupaba en 2016, hasta situarse en la posición 92 de dicho ranking. (2)Otros de sus problemas son el empleo a tiempo parcial, que llega a un 63%, el que su economía esté basada en el turismo y servicios (el sector de servicios aporta 75,9% del PIB y emplea a casi 70% de la población activa, la agricultura supone un 6,8 % y la industria un 24,8%), la baja remuneración de los trabajadores (unos 700 euros mensuales), o la poca inversión pública (1,5% en 2016) y la desigualdad de la población a pesar de las mejoras (coeficiente Gini 33,5). Esto nos lleva a preguntarnos ¿es Portugal un ejemplo económico?
Portugal se encuentra en el 34º puesto del "Doing Business" de los 190 que conforman este ranking, que clasifica los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios. En el último año Portugal ha caído 5 puestos en este ranking, lo que índica que se ha hecho màs difícil hacer negocios en el país.
En 2017 Portugal registró un déficit en su Balanza comercial de 14.448 millones de euros, un 7,42% de su PIB, superior al registrado en 2016, que fue de 11.385,2 millones de euros, el 6,11% del PIB. La variación de la Balanza comercial se ha debido a un incremento de las importaciones superior al de las exportaciones de Portugal. Se ha movido del puesto 89 que ocupaba en 2016, hasta situarse en la posición 92 de dicho ranking. (2)Otros de sus problemas son el empleo a tiempo parcial, que llega a un 63%, el que su economía esté basada en el turismo y servicios (el sector de servicios aporta 75,9% del PIB y emplea a casi 70% de la población activa, la agricultura supone un 6,8 % y la industria un 24,8%), la baja remuneración de los trabajadores (unos 700 euros mensuales), o la poca inversión pública (1,5% en 2016) y la desigualdad de la población a pesar de las mejoras (coeficiente Gini 33,5). Esto nos lleva a preguntarnos ¿es Portugal un ejemplo económico?
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